sábado, 21 de mayo de 2011

Política y sistema (II)

Hoy es un buen día para reflexionar sobre política y sistema. De repente, parece que a todo el mundo le interesa el tema. A mí también me interesa, pero me gusta más el fútbol, pasar tiempo con la familia, comer fuera de casa con los amigos, ir a conciertos de rock, viajar, la informática y, sobre todo, leer y pensar. De hecho, si pudiera, me gustaría dedicar todo mi tiempo a esas cinco o seis cosas. Sin embargo, para poder hacerlo necesitaría dinero y estar vivo. Y para estar vivo me haría falta comida. Observo, pues, que para lograr ese objetivo necesitaré dinero y comida.
Hay varias formas de obtener estas dos cosas: robarlas, heredarlas o trabajar. Dos de ellas las podemos escoger, la otra no. De entre las dos que podemos escoger, la menos problemática -aunque exige mayores esfuerzos- es la de trabajar. Sucede que, si opto por trabajar para obtener dinero y comida, ya no podré destinar todo mi tiempo a lo que más me gustaba, sino que ahora tendré que dedicar una parte del mismo a trabajar. Y si mis actividades preferidas son caras, me temo que tendré que trabajar aún más tiempo para disponer de más dinero.
Siempre pensé que lo anterior era evidente, pero la política me ha demostrado que no. Para nuestra sociedad, ¿qué es mejor: tener trece millones de afiliados a la Seguridad Social y cuatro millones de parados o veinte millones de afiliados y uno y medio de parados? Dicho de otra forma, ¿puede un gobierno dedicarse fundamentalmente a gastar -disfrutar de las actividades que más nos gustan- sin tener resuelto el tema de la economía -tener dinero y comida-? Es evidente que no. La cadena obtener-gastar vale para mí y para cualquiera. Es un principio físico. Los sistemas consumen energía y la transforman. Por tanto, necesitan que se les inyecte energía. Las personas y los gobiernos necesitamos esa energía -dinero y comida- para poder vivir y gastar en lo que más nos interese. Y esa energía se obtiene del trabajo, de la generación de riqueza.
Así, pues, según lo que queramos gastar, una parte importante de nuestro tiempo la tenemos que dedicar a obtener los recursos necesarios. Y aquí es donde se equivocan algunos políticos. Dedican más tiempo a gastar que a producir y luego pasa lo que pasa.
En fin. Esto es la economía, nos guste o no nos guste. Es lo que hay. De hecho, a mí me aburre bastante. Prefiero gastar.

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